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El pasado día 10 de diciembre los diarios y noticiarios de nuestro país abrieron con la noticia de que el municipio zaragozano de Figueruelas recibirá una de las mayores plantas de fabricación de baterías para vehículos eléctricos.

Según lo que hemos podido conocer, se estima que supondrá una inversión de 4.000 millones de euros y la creación de entre 2.000 y 3.000 empleos y consecuentemente es una apuesta a futuro por parte de sendos gobiernos, tanto el de Aragón, como el del Estado español.

Por parte del Gobierno de España, la llegada de esta planta a Zaragoza supone un impulso a su firme y clara voluntad de continuar con la reconversión industrial del país, hacia un tipo de industrias más electrificadas que ayuden a impulsar la reconversión total, no sólo del tejido productivo sino de todas las capas económicas.

En definitiva, un pequeño impulso para continuar con paso firme hacia una economía no sólo electrificada sino limpia y más competitiva.

Por otro lado, los intereses de la DGA son claros, el sector automovilístico supone en Aragón un 6% del PIB total de la comunidad, lo que equivale al 30,4% del empleo industrial, y el 35% de las exportaciones de la Comunidad Autónoma, con lo que es muy positivo, concentrar proyectos de este tipo que reconviertan la industria del automóvil, para que la misma se adapte a los nuevos mercados e intereses estratégicos , que demandan cada día más vehículo eléctricos en detrimento de aquellos tradicionales de combustión, aumentado además la competitividad de las empresas aragonesas del sector.

No obstante, como ya bien sabréis nuestros lectores más habituales, no es nuestro papel hacerle publicidad a ningún tipo de institución ni entidad, sino aportar una visión más amplia y crítica para los diversos acontecimientos y situaciones que surgen y que os comentamos.

Esta vez nos remitiremos a la entrevista que le hicieron a nuestra compañera Alicia Valero, el pasado día 11 en Hora 14 de la Cadena SER Aragón y que os adjuntamos en este enlace (la participación de Alicia se da entre los minutos 9:30 y 11:20).

Así pues, si bien una inversión de este calado e importe siempre es de celebrar y más si supone una transición de modelo productivo, desde una economía orientada al uso de combustibles fósiles hacia otra electrificada, con lo que contar en nuestra tierra con una fábrica de baterías de tal magnitud es un hecho a destacar, habrá que tener en cuenta además otra serie de factores para que los beneficios sociales sean realmente de gran calado.

Tal y como decía Alicia, el litio, el componente mayoritario de las baterías, es y seguirá siendo un material escaso y que es en su mayor parte controlado por China y su red de alianzas comerciales a nivel internacional.

Con lo que si bien el avance en este tipo de industrias es importante, es preciso que las autoridades tengan a su vez, un ojo avizor hacia las estrategias geopolíticas de otros países, pues Europa tiene una gran dependencia de recursos para con el exterior, con lo que conviene cuidarse en salud y evitar que el continente sea arrastrado a guerras comerciales y estrategias de poder blando de las grandes potencias protagonistas de la geopolítica.

Por otro lado, no sólo hace falta ir con pies de plomo en las relaciones comerciales internacionales, sino que es importantísimo que Europa revise su estrategia industrial a término general, no es suficiente únicamente con adaptar las industrias y electrificar la economía, sino que Europa debe de reconvertir también el modelo de producción y consumo lineal por uno circular, esto es (tal y cómo os lo hemos contado en otros artículos) incorporar estrategias de reciclado potentes, como procesos avanzados de minería urbana o apostar por el ecodiseño.

Ello permitiría a Europa, recuperar la mayoría de los minerales críticos utilizados en los distintos equipos de procesos de información de uso cotidiano, como teléfonos u ordenadores (nos referimos a minerales como el coltán, el oro, el litio, el galio, etc.).

De no hacerlo Europa seguirá siendo dependiente del exterior, sustituyendo una dependencia hacia los combustibles fósiles, por otra relativa a la dependencia de importaciones minerales de países terceros (es lo que se conoce como paradoja energética, algo que también hemos contado en otro artículo).

De hecho si bien es inevitable la importación de dichos minerales, lo necesario es reducir la cantidad que se importa, recuperando los minerales de los equipos ya desechados, lo cual reducirá la tensión comercial europea y la dependencia para con el exterior.

Concluyentemente, si bien la factoría de baterías es algo positivo, conviene tener una visión periférica e impulsar de igual modo la circularidad y el reciclaje y ello es algo que deberían tener en cuenta las autoridades, siendo un sendero que está prácticamente sin andar, a pesar de lo realmente clave que resulta.

Además, para que Europa (y España), recupere su importancia geoestratégica y sea un actor de primer nivel y no una sombra de los Estados Unidos o China, Europa debe plantearse el fomento en una mayor medida, del I+D+i en su propio territorio.

Reside en ello una gran parte del bienestar futuro europeo, pues de nada sirve concentrar las industrias en el continente (relocalización industrial), si las mismas dejan de ser competitivas en comparativa con las estadounidenses y las chinas por no llevar la voz cantante y el liderazgo en innovación.

Por lo tanto, el fomento del I+D+i debe ser una de las prioridades europeas y sería interesante por lo tanto para el Gobierno de Aragón y el Gobierno de España, repensar su estrategia industrial y de fomento, incluyendo por ende no sólo el fomento de la circularidad, sino una apuesta mayor por el I+D+i.

De hecho, los actores y recursos para conseguir sinergias industriales y de innovación ya se encuentran en el propio territorio, Aragón no sólo cuenta con una industria ya senior y con experiencia en el sector, sino que cuenta con instituciones académicas de referencia como la Universidad de Zaragoza, cuyos egresados cuentan con gran valoración, además de otras fundaciones privadas formativas y empresas pioneras en varias áreas.

En definitiva, la situación de partida se presume buena, los recursos necesarios están sobre la mesa, sólo falta la voluntad política para destinar los esfuerzos de la comunidad a ello.

Por otro lado, nuestra compañera Alicia Valero, elevaba de igual modo una conclusión y es el hecho de que la fábrica no debe quedarse en una planta de ensamblado de componentes procedentes de China (país que domina la producción a nivel mundial), sino que debe concentrar todo el proceso de fabricación, desde la creación de los componentes hasta su ensamblaje, de no ser así, el valor añadido total sería menor y realmente el beneficio social sería mucho menor.

De hecho de ser sólo una planta de ensamblado, la fábrica resultaría ser más útil para evitar los aranceles a los productos terminados que realmente para garantizarle a España y Europa una verdadera autonomía energética.

En definitiva, si bien es una buena noticia, cabe observar con cautela el desarrollo de los acontecimientos y cabe esperar que las autoridades políticas incentiven paralelamente medidas de circularidad, como el impulso de la minería de residuos urbanos y el ecodiseño y mientras se apuesta decididamente por el I+D+i, si no la mayoría de efectos beneficiosos para la sociedad que pueda tener la fábrica, quedarán en agua de borrajas.