Cada 5 de junio se celebra a nivel mundial el Día del Medio Ambiente. Se trata de una jornada organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) donde se promueve la acción en favor del medio ambiente y el potencial de gobiernos, empresas y la ciudadanía para crear un mundo más sostenible. El Reino de Arabia Saudita es el anfitrión de las celebraciones de este año 2024, cuyo tema central es la restauración de las tierras, la resiliencia a la sequía y la desertificación.
“El Día Mundial del Medio Ambiente presenta ante los ojos del mundo los desafíos más apremiantes que la humanidad enfrenta actualmente. Este día de las Naciones Unidas se ha convertido en una de las plataformas mundiales con mayor alcance en favor de las causas ambientales en las que participan millones de personas por la protección del planeta” ONU.
Al hilo de fechas destacadas para el medio ambiente, cabe mencionar que el pasado 20 de mayo España entró en déficit ecológico. Es decir, ya se han consumido todos los recursos naturales que le pertenecen a cada ciudadano. Por lo que, desde ese día en el país se está consumiendo por encima de la capacidad de regeneración del planeta.
Según la NASA en el año 2023 la temperatura promedio de la superficie de la Tierra fue la más cálida que se haya registrado. En general, la temperatura de la Tierra fue alrededor de 1,4 grados Celsius (o unos 2,5 grados Fahrenheit) más calurosa en 2023 que el promedio de finales del siglo XIX, cuando comenzó el mantenimiento de los registros modernos.
Datos de la ONU muestran que la humanidad produce más de 430 millones de toneladas de plástico al año, dos tercios de las cuales son productos de vida corta que en poco tiempo se convierten en desechos, que inundan los océanos y, a menudo, invaden la cadena alimentaria humana.
Investigaciones realizadas por la Agencia Internacional de Energía (IEA) apuntan que la demanda de minerales críticos ha crecido exponencialmente en los últimos tiempos. En tan solo cinco años -de 2017 a 2022- se triplicó la demanda general de litio, la del cobalto en un 70% y la del níquel en un 40%. Estos materiales se necesitan para la fabricación de bienes en países desarrollados -coches eléctricos, móviles, electrodomésticos-. Su extracción implica la destrucción de terreno natura, atentar contra la salud de la población autóctona y la contaminación de países en vías de desarrollo. La explotación laboral en el Congo con las minas de cobalto o la producción de litio en Chile que está dejando sin agua a la población indígena, son ejemplos del impacto que tiene la sociedad de consumo en el planeta.
Vale la pena recordar las palabras del expresidente uruguayo Pepe Mujica, en la sesión de Alto Nivel de la ONU sobre Desarrollo Sostenible conocida como Río+20: “Estamos ante una magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política. […] Debemos revisar nuestra forma de vivir”. Cuestiones como el día del Medio Ambiente no son una simple conmemoración, sino un recordatorio de que nuestro estilo de vida está destruyendo el planeta. Esta lucha no es únicamente ecológica, aquí también entra la política, la ciencia, las empresas, los ciudadanos… Nos afecta a todos.