Alternativa al consumo energético tradicional
Una comunidad energética es una entidad jurídica de naturaleza abierta y voluntaria dónde sus integrantes deciden como producir, gestionar y utilizar la energía. Se construyen sobre la idea de fomentar el autoconsumo energético local. Es decir, la producción de energía para uso propio, individual o colectivo, y en el mismo lugar en el que se genera. Con el fin de generar beneficios económicos, medioambientales y/o sociales a sus socios. Pueden estar compuestas por ciudadanos, empresas o agentes públicos.
¿Qué actividades puede hacer una comunidad energética?
Generar energía a partir de fuentes renovables (el ejemplo más común son las placas solares) para compartirla, suministrarla, almacenarla, distribuirla… Esto dependerá de la decisión de sus socios.
¿Qué ofrece una comunidad energética?
Ayudan a reducir la dependencia hacía las fuentes de energía convencionales. Por ello, reportan beneficios económicos en lo referido al consumo. Pero también en lo laboral ya que crean oportunidades de inversión para ciudadanos, comercios locales, y también puestos de trabajo. A nivel social hablamos de una herramienta para luchar contra la pobreza energética. No todo el mundo dispone de una casa para instalar placas solares, y las comunidades energéticas son una alternativa. A su vez, pueden contribuir a la lucha contra el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Cómo se puede formar parte de una comunidad energética?
Se debe buscar información acerca de las comunidades más cercanas al lugar de residencia. Existen cooperativas, asociaciones y ONG que promueven este modelo. También se puede crear una comunidad energética propia entre los vecinos de un mismo edificio, barrio o comunidad local. Según los últimos datos del Gobierno de España, en el país hay 73 comunidades energéticas. En Aragón existen 23 comunidades energéticas constituidas y 22 proyectos en fase inicial.
En la localidad oscense de Escarrilla cuentan con más de 200 placas solares que entrarán en funcionamiento en muy poco tiempo. Están situadas en un descampado del pueblo y suministrarán energía a más de 60 vecinos, quienes reducirán la factura de la luz hasta un 30% incluso en invierno. El beneficio generado en verano servirá para cubrir los gastos de los meses con menos luz solar.