R que erre
Como imagen recurrente del imaginario colectivo, pensamos en el cangrejo como un animal curioso y que parece que da un pasito hacia adelante, cuando en realidad da dos para atrás, esa es su peculiar forma de avanzar.
Una curiosa forma de progresar y cuya licencia poética puede enmarcar perfectamente con la esencia que desprende últimamente esta tierra en la que nos encontramos; Aragón, al menos desde el ámbito de la sostenibilidad y la circularidad, que como sabréis estimados lectores, es lo que tratamos en este blog.
Pero, ¿y por qué es Aragón un cangrejo?, pues bien, recientemente se observa en Aragón, la cada vez mayor implantación de industrias que realizan procesos de simbiosis industrial, aprovechando unas los residuos de otras, avanzando con ello en la circularidad y la sostenibilidad, o en su defecto se asientan en esta Comunidad Autónoma, empresas clave para el futuro de la industria, no solo española, sino también europea, como sería el reciente caso de la planta de baterías eléctricas para vehículos, que se asentará en Figueruelas (lo cual ya os contábamos en este artículo).
No obstante y como venimos a advertir siempre en nuestros artículos, no todo lo que reluce acaba por ser oro y aún quedan cosas pendientes por hacer y corregir en Aragón y es probable que muchas de las noticias que a priori se acogen como una modernización del tejido productivo, o un asiento de empleo consolidado y creación de valor añadido, acaben por no ser tan limpias como nos dicen, ni tan beneficiosas para el territorio, de hecho muchos de estos proyectos tienden a sufrir de “Greenwashing”.
Llegados a este punto, puede que os preguntéis ¿Qué es el Greenwashing? Dicho en términos simples, es un falso lavado de cara que muchas empresas se dan, para anunciarse como más verdes y sostenibles, así como amigables con el medioambiente, cuando en realidad no mejoran en sus actividades contaminantes.
Y ello es algo que ocurre con bastante frecuencia y seguro que todo el mundo acaba por conocer (aunque quizás no de manera consciente), de algún caso en el que una empresa se anuncie como sostenible, cuando en realidad es todo puro marketing falaz.
Y no hace falta que nos vayamos a casos muy particulares, no daremos nombres de ninguna empresa por respeto y secreto profesional, pero no son pocas las industrias alimenticias, sobre todo las grandes marcas, que se anuncian como verdes y comprometidas con el medioambiente, pero que por otro lado deforestan inmensas áreas naturales vírgenes para explotar los suelos, de países en vías de desarrollo y usando métodos de producción poco o nada sostenibles y que tienden a arrasar y a dejar completamente agotados los suelos, contaminadas las aguas y muchas veces usando mano de obra con salarios indignos e insuficientes.
Pero, como se ha expuesto previamente, no hace falta tampoco irse tan lejos, así que hoy vamos a hablar de Aragón y dar el comentario crítico sobre la gestión que se está realizando, en este, nuestro hogar.
Por un lado, es cierto que son muchas las empresas asentadas en Aragón que implementan ya medidas de circularidad o mínimamente de sostenibilidad.
De hecho, tenemos algunos ejemplos significativos y que os vamos a compartir, pues nuestra misión y valores no son solo dar un tirón de orejas o comentario crítico cuándo hay que darlo, sino también compartir los casos prácticos de las empresas que lo hacen bien.
ARPA, es una empresa situada en Zaragoza, dedicada a la provisión de equipos móviles de campaña, esto es, el despliegue rápido de equipos, desde cocinas, fuentes de agua, campamentos hasta incluso hospitales portátiles, plenamente funcionales y modernos.
Podrían quedarse ahí, pero es que además tienen una gran preocupación por implementar la sostenibilidad a su cadena de producción de valor, con lo que, a pesar de tratar siempre con equipos en constante evolución y modernización (equipo hospitalario, material técnico de uso militar o de inteligencia, etc.), optan por encontrar la manera de utilizarlos, rehusándolos de otras maneras, actualizándolos, readaptándolos o en el caso de que resulten completamente obsoletos o inservibles, reciclándolos adecuadamente.
Es decir, empresas punteras y altamente competitivas como ARPA, tienen ese potencial real de cambiar esas pequeñas cosas, que fomentan la circularidad y hacen más sostenible a la industria.
De hecho, no se quedan ahí, sino que ARPA es un ejemplo también de simbiosis industrial, pues los residuos que acaban por generar, ante el agotamiento de su utilidad, acaban por ser materia prima útil de otra empresa; Wirec, que está situada en Villanueva de Gallego.
Wirec es por su parte, una empresa totalmente especializada en la minería urbana y en reciclaje avanzado, que convierte los residuos electrónicos y digitales en otros nuevos subproductos refinados con valor, concretamente, son capaces de recuperar los metales preciosos, semipreciosos y aquello críticos, a la par que reciclan y reutilizan el resto de componentes no metálicos como los plásticos.
¿Cómo lo hacen?
Primero, realizan una descontaminación manual, en el que sustraen de los residuos electrónicos, todos aquellos componentes que pueden resultar peligrosos o nocivos para el ser humano.
Posteriormente, realizan varios procesos de triturado de aquello que ha quedado tras la descontaminación y posteriormente, los fragmentos resultantes los clasifican según si son materiales plásticos o metálicos.
La parte metálica es recuperada en un procedimiento de minería urbana que resulta bastante complejo y que se fundamenta en un primer proceso de fundido inteligente, en el que añaden un fundente especial a la mezcla de componentes electrónicos
que se están fundiendo,que se están fundiendo,que se están fundiend que se están fundiendo, lo que produce que el material fundido resultante quede dividido en dos capas, una superior donde se concentra la escoria y una inferior en la que se concentran los metales.
Los metales que acaban de extraer, se encuentran mezclados en una misma placa o pieza, así que aún cabe seguir separándolos y ello se realiza con procedimientos electroquímicos (electrólisis), con lo que acaban resultando por separado metales como la plata, el oro, el platino entre otros preciosos, semipreciosos o críticos.
Por otra parte, los materiales plásticos, se aprovechan en otros procesos de simbiosis industrial con otras empresas y son utilizados como material reciclado en el proceso de fabricación de bienes nuevos, como perchas.
Es decir, son ejemplos claros de economía circular y sostenibilidad.
Por otro lado, en Aragón coexisten otras empresas que están impulsando la economía circular, no solo en sus procesos de generación de valor, sino con propuestas que generan valor social, es el caso de Herco, que patrocina un Repair Café.
Un Repair Café, tal y como os hemos contado ya en varias ocasiones, es un lugar de acceso libre a todo el mundo, en el que profesionales de la reparación y personas que necesitan que les echen una mano con objetos propios que estén averiados o estropeados, se juntan y arreglan los objetos en conjunto, mientras comparten un café y mantienen una conversación.
Es decir, altruistamente se juntan personas, para reparar objetos de otras, mientras les enseñan a repáralos, fomentando la cultura de no desechar las cosas e intentar arreglarlas, reduciendo consecuentemente el consumo y fomentando la circularidad y el aprovechamiento de bienes y materiales.
Y en esa línea, no son solo las empresas y los procesos productivos quienes tienen la responsabilidad de hacer el modelo económico más circular, sino que la sociedad tiene un alto poder en ello, no solo mediante hábitos de consumo más sostenible (para lo que hay que educar a la población), sino también con acciones culturales y sociales.
Por ejemplo, la Galería de Arte Antonia Puyó tuvo en exposición varias obras de Jorge Isla, hechas con basura digital, que no solo resultaban hermosas e impactantes, sino que concienciaban y además dotaba de uso y valor a lo que antes podían ser desechos.
Concretamente, una obra consistía en un conjunto de pantallas quebradas de teléfonos móviles, que en conjunto emulaban al mármol y su veteado y que concienciaba del consumo y de lo que te puede atrapar la tecnología.
Por otro lado, grupos como Mosicaires, son importantísimos a la hora de concienciar y además de dar utilidad a desechos, en su caso concreto utilizaban instrumentos reciclados, creados con materiales reciclados o desechos carentes de utilidad, así pues, pajitas o plumas de ave pueden convertirse en flautas, pueden emitirse sonidos rítmicos con una regadera o hacer guitarras con ordenadores viejos e inservibles.
Todo son pequeñas medidas de circularidad que ayudan sin duda al planeta y que sobre todo conciencian y educan.
No obstante, los desechos digitales no son solo físicos, sino que existe también la contaminación digital, por ejemplo, enviar un email conlleva emitir 4 gramos de Co2 y si el mismo pesa más de un mega, conllevaría emitir 25 gramos de Co2.
Por lo tanto, supongamos una oficina ajetreada donde se intercambien correos, la acumulación de 15.000 correos electrónicos (cifra que parece muy amplia, pero que en realidad es relativamente fácil de alcanzar), supondría 150 toneladas de dióxido de carbono, lo que es equivalente a recorrer 37 veces el trayecto Madrid-Lima.
Ese impacto medioambientalmente negativo, se puede reducir, si en vez de acumular correos o fotos inservibles o cualquier tipo de archivo sin utilidad en la nube, escogiésemos eliminarlos, evitando así emitir toneladas de Co2.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los centros de datos, son cada vez más necesarios en nuestra sociedad, pero que tienen un inmenso impacto medioambiental y es aquí donde Aragón puede cojear.
Aragón se está convirtiendo en el principal clúster español donde se van a ubicar los centros de datos y ello es algo que hay que tener muy en cuenta por los diversos y cuantiosos efectos que pueden tener como exploración, en el tejido industrial, energético e hídrico de la Comunidad, aunque ello es algo que es explicaremos en detalle en otro artículo.
Por lo que, tal y como veníamos anunciando al principio, parece que Aragón es un pequeño cangrejo en cuanto a circularidad, por un lado da pequeños pero importantes avances, pero por otro impulsa enormemente la creación y asentamiento de industrias que poco de circular tienen, no solo son los centros de datos, sino también la problemática que podría generar la fábrica de baterías de Figuerualas y que ya os comentamos en otro artículo.
El desarrollo y la digitalización acarrean grandes paradojas y desafíos y si algo hay incierto es el futuro, pero no necesariamente ser tecnológico es contrario a ser sostenible, ello es solo una cuestión de ejecutar el cambio y el progreso de una forma adecuada, revisando macroproyectos e impulsando más medidas de circularidad, minería urbana, reciclaje avanzado y sostenibilidad.
Está en la mano de Aragón ser ese cangrejo que de un pasito para adelante pero dos para atrás y que avance sin ser sostenible o plenamente circular, o que por el contrario sea líder de un avance constante, circular y sostenible,
Aunque de lo único que no cabe duda es que en el alma de Aragón, siempre quedará el querer encontrar la forma de hacer hogar y de hacer que sus gentes se puedan quedar a vivir y tengan un futuro en él, como cantaba J.A. Labordeta; “De esta tierra hermosa, dura y salvaje, haremos un hogar y un paisaje”.