El Centro de Resiliencia de Estocolmo desarrolló en el año 2009 el concepto de los límites planetarios. Estos sirven como medida para establecer un límite a nuestra actividad humana con el fin de preservar la estabilidad y la resiliencia del planeta. Proporcionan un marco cuantitativo y cualitativo del impacto medioambiental de nuestras sociedades y de la capacidad del ecosistema terrestre para asumirlo.

Cruzar estos límites aumenta el riesgo de generar cambios irreversibles a gran escala en el estado del sistema terrestre. Los cambios drásticos no necesariamente ocurren de la noche a la mañana, pero en conjunto, los límites marcan un umbral crítico y traspasarlo demuestra la necesidad de un cambio en los ritmos de vida.

  • Cambio climático. El cambio climático tiene como consecuencia: un aumento medio de la temperatura, aumento del nivel del mar, modificación de los regímenes fluviales y fenómenos climáticos extremos.
  • Biodiversidad. En este apartado se tienen en cuenta la erosión de la población, la erosión propia de la diversidad y la reducción de la biodiversidad funcional.
  • Ciclos biogeoquímicos. De este límite dependen los ciclos del fosforo y del nitrógeno. Ambos vinculados a la actividad agrícola.
  • Uso del suelo. Está principalmente relacionado con la deforestación.
  • Consumo de agua dulce. Existen unos 15 mil kilómetros cúbicos de agua dulce en el planeta para todos los seres vivos. De estos 15 mil, la actividad humana no debe exceder los 4 mil km cúbicos.
  • Contaminación química/ Introducción de materiales extraños. No son solo contaminaciones químicas, sino que también hablamos de materiales, de radioactividad, de elementos pesados. En general de materiales extraños que son peligrosos para el planeta.
  • Destrucción de la capa de ozono. Es el único limite que ha llegado a revertirse.
  • Las emisiones de aerosoles en la atmosfera. Pueden ser de origen industrial o agrícola. Se crean pequeños aerosoles que reflejan la energía solar de vuelta al espacio, y como consecuencia reducen la fotosíntesis, aumenta el efecto invernadero.
  • Acidificación de los océanos. Es una consecuencia del cambio climático. El dióxido de carbono cambia ligeramente el pH del océano. Con ello se fragilizan los cimientos de la cadena alimenticia marina.

La publicación de septiembre 2023 «Earth beyond six of nine Planetary Boundaries» concluye que se han transgredido seis de los nueve límites: el cambio climático, la biodiversidad, los ciclos biogeoquímicos, el uso del suelo, el consumo de agua dulce y la introducción de materiales extraños. Esto significa que la Tierra está ahora fuera del espacio operativo seguro para la humanidad.