El aceite industrial es un producto muy utilizado en muchos y muy variados ámbitos y sectores productivos, tanto en los motores de vehículos como en la maquinaria de una amplia variedad de actividades empresariales (agricultura, transporte, construcción, hostelería…).

Cada día se generan en España unos 510.000 litros de aceite usado que hay que recoger y tratar debidamente, dado que este uno de los residuos más contaminantes que existe. El lubricante usado es, según datos del Informe realizado por el IFEU (Instituto de Investigación de Energía y Medio Ambiente Heidelberg) para el GEIR (Grupo Europeo de la Industria de la Regeneración), uno de los residuos peligrosos no acuosos, en estado líquido que en mayor cantidad se produce en el mundo.

Sin embargo, la intervención de SIGAUS permite evitar el impacto negativo de este residuo en el entorno y en la salud humana devolviéndolo al mercado como nuevos lubricantes o como un combustible de uso industrial, tras someterlo a distintos tratamientos que permiten obtener importantes beneficios ambientales, así como un gran ahorro de materias primas.

Desde 2017:

SIGAUS basa su labor de gestión del aceite usado en la eficiencia y su financiación proviene de sus empresas adheridas (todas ellas fabricantes e importadoras de lubricantes), a través de las aportaciones que realizan por la puesta en el mercado español de sus productos, y que se repercuten al consumidor final en el precio de los productos. En el cambio de aceite de un turismo estándar se trata de apenas 30 céntimos de euro, que tiene muy poco impacto en el bolsillo del ciudadano pero que permite asegurar la viabilidad del Sistema y el cumplimiento de los objetivos medioambientales establecidos por ley, de recogida y valorización del 100% de este residuo peligroso.

Además, SIGAUS contribuye a un medio ambiente más sano y protegido, así como a la creación de una sociedad más responsable, fomentando la prevención y el consumo sostenible de los lubricantes, a través de una labor constante de comunicación y divulgación, donde el foco principal es la salvaguarda del entorno.

Gracias a este tratamiento:

En su labor diaria de gestión del aceite usado de tipo industrial SIGAUS se enfrenta a una gran complejidad logística, debido a que este residuo se genera de forma dispersa por todo el territorio de una manera muy fragmentada, concentrándose el 80% en unos 500 municipios mientras que el 20% restante se reparte entre más de 7.500 municipios, por lo que es necesario realizar un gran número de recogidas para recuperar pequeñas cantidades de dicho residuo, recorriendo largos desplazamientos en muchas ocasiones.

Gracias a la financiación que SIGAUS aporta a su red de empresas gestoras se garantiza la recogida y tratamiento del 100% del aceite usado que se genera en nuestro país, ya sea en territorio insular, áreas rurales o de alta montaña. Se trata de una actividad esencial en estas zonas, en las que el coste de la recogida suele ser más elevado, pero en las que el impacto de este residuo tendría unas consecuencias ambientales muy negativas, por tratarse de entornos naturales de gran valor ecológico.

Otro reto o barrera es garantizar una buena praxis en la extracción y almacenamiento del aceite usado (por parte de los establecimientos que lo producen), así como en su transporte y análisis por parte de las empresas gestoras. Y es que, durante su utilización, a altas temperaturas y presión dentro de los motores, máquinas y procesos donde se utilizan, los lubricantes se degradan originando sustancias tóxicas que, añadidas a los metales pesados que pueden contener, los convierten en un residuo muy peligroso, tanto para la salud como, fundamentalmente, para el medio ambiente. Por ello, un posible derrame durante su manipulación podría tener consecuencias muy negativas para el suelo, el agua y la salud de las personas.

El principal reto de SIGAUS radica en contribuir al desarrollo de una economía más innovadora, sostenible y circular, en la que se minimice la generación de residuos y se fomente la reincorporación de éstos a nuevos ciclos productivos, mediante la articulación de un sistema de gestión que no sólo protege el entorno y a las personas del impacto negativo del aceite industrial usado, sino que lo que convierte en nuevas materias primas, reduciendo el uso de recursos, energía y emisiones contaminantes.

Información facilitada por el equipo SIGAUS.